miércoles, 4 de abril de 2007

El transporte público no es seguro para un reproductor de mp3.


Hemos estado realizando una encuesta en una escuela que no existe a unos chicos que no existen y a sus respectivos inexistentes profesores y directivos, acerca de lo peligroso que es en verdad comprarse un aparato de mp3 para convertir ese viaje matinal en algo alegre, enamoradizo o violentamente estático. Y esto no es, a la nueva usanza, una crítica a las deficiencias ya conocidas del transporte público nacional, sino más bien un "tome el recaudo, usted comprador compulsivo (de la nueva usanza)". Saquemos el paraguas a esta tormenta de "días del" y reflexionemos si en verdad la corbata, la plancha o la primera billetera no son el regalo perfecto. En internet uno mira el diario con un ojo tapado ante la columna de las subastas online; el coro "cambio dolar" es lo único que hospeda nuestra atención ante la amenaza de las vidrieras rebalzantes de la peatonal Florida. En casa vamos a encontrarnos día por medio con un mensaje en el contestador que tiene de fondo la música de un "Compre Compre" y nuestras tías abuelas estarán siempre a la cabeza de una organización familiar para comprarle finalmente un mp3 al nieto que recién lleva aprendido medio himno pero ya ocupa los primeros 5 puestos en la tabla de puntajes del tetris de su celular.
Usted entonces ya tiene su mp3? Está incursionando por primera vez en la lectura de un manual? esas 6 hojas tamaño subtecard ya le dieron habilidad a sus dedos torpes?
Entonces sígame, sígame por acá...
Estuvo relampagueando toda la noche pensando que disco de todos los que subió al "mp3" va a escuchar mañana camino al trabajo... ya profanó en la tumba de viejos avisos y comentó chistoso "dentro de 10 temas, estoy en el trabajo!", camino a la parada del colectivo nos toca el tema lento y nos enamoramos de cuanta persona pase aproximadamente al ritmo, LA VIDA ES UN VIDEOCLIP! como no tuve este aparato siempre? mis viajes no volverán a ser lo mismo.
Ahora, volviendo a lo que nos dijo uno de los profesores inexistentes, el de Filosofía para ser más exactos... Si nos traen siempre el desayuno a la cama, perderá magia; y cuando no lo traigan, será trágico.
Olvidando nuestras obvias diferencias con este inexistente profesor mas que nada cuando se refiere al malestar como tragedia, podemos leer, más que nada en el primer y único renglón de la frase, que tiene absoluta razón.
Si usted está pensando que me refiero a que probablemente un día se encuentre a un compañero de trabajo a la mañana mientras entona el puente de esa canción que estaba haciendo de esa mañana lluviosa, algo único e irrepetible; tiene una sorprendente razón, ya que de ninguna manera me había introducido en este ítem.
De hecho pienso que usted "SEÑOR/A MENTALISTA" está al borde de la insanidad mental.
Que puede hacer un ser humano común como usted (no, señor mentalista, usted no) y yo cuando vemos que en esa parada de colectivo en la que, según la canción, desfilan ángeles o sufren la terrible rutina (para los que escuchan nirvana o radiohead) un grupo de dominados sociales, se encuentra esa persona que usted conoce lo suficiente para tener sí o sí que saludarla, pero no lo suficiente como para tener cara de interés más allá de la primer pregunta "como estas?" (cuya respuesta ya sabemos). Entonces el colectivo pasa de estar andando por Paraguay y Jean Jeaures a estar navegando entre un montón de comentarios y preguntas triviales que solo rellenan ese incómodo espacio (o vacío) que genera el silencio; tales como:

"como llueve"/"que calor!"
"que vacío/lleno que esta el subte/colectivo/tren!"
"como te fue con (el último recuerdo que tenemos de esa persona haciendo algo)?"
"che, tu familia?"
"como te fue con (el anteúltimo recuerdo que tenemos de esa persona haciendo algo, aunque aquí ya hay más chances de estar confundiéndonos de personaquenovemoshacemucho)?"
"(queja del trabajo)"
"(queja de política)"
"(comentario deportivo obsecuente)"
"quiero que llegue el fin de semana YA!"

aunque las dos partes de este intercambio banal de banalidades estén completamente conscientes de lo cliché que es hablar de esos temas y peor aún, las dos partes están completamente conscientes que no tienen ganas de estar ahí y aún así persisten por si las dudas, el otro se ofende.
Para esta situación mi amigo, nunca falla (según acordó el estudio de la institución inexistente) decir:
"me voy para el fondo que tengo que leer una cosa"
que puede sonar mentiroso?
que el otro se puede dar cuenta que es mentira?
nada de eso!


HAGA UNA DOBLE BUENA ACCIÓN.
NO SE ROMPAN LAS BOLAS MUTUAMENTE.

1 comentario:

Nicolas dijo...

Hola soy fotografo de volcanes, y te tengo que decir, nunca vi una foto más asiatica en mi vida. Es todo de parquimetros ayudandose unos a otros.
Casi como una fantasía de hombres y mujeres revelando sus fotos antes de tiempo. Gracias. Me sentí re identificado con lo de esa palabra que pusiste en tu texto "la", y hasta pensé en llorar con "y".
Saludos.